¿Por qué incluir un tónico facial en tu rutina de belleza?
El tónico es vital para restaurar el balance de la piel luego de una limpieza profunda. Una piel con un PH balanceado está en condiciones óptimas para combatir bacterias y absorber debidamente tus cremas faciales y maquillaje.
El tónico es como el agua que utilizas para regar tu jardín. Por más tierra y abono que agregues, las flores no verán la luz del sol, si no aplicas una buena porción de agua que cree el ambiente perfecto para que estos actúen.
El tónico no fue creado con la idea de combatir el acné sino para regular el PH de la piel, ya que en el pasado los jabones eran especialmente alcalinos, por lo que se hacia necesario devolverle su acidez natural. La confusión surgió debido a que muchos de los tónicos de los años 90 utilizaban alcoholes volátiles que te dejaban una piel seca, estirada y con una sensación mentolada; lo que sin duda le ganó adeptos entre las personas con piel grasa y problemas de acné.
Afortunadamente, en la década pasada los avances cosmetológicos dieron vida a jabones más amigables con el PH de la piel, así como a una nueva generación de tónicos que intensifican el poder de la limpieza y acondicionan los poros a través de agua, extractos naturales y alcoholes grasos para ayudarlos a absorber la totalidad de nutrientes contenidos en tus productos del cuidado de la piel.